jueves, 2 de julio de 2015

Adulam: donde empiezan las leyendas



Recuerda por favor dónde nos encontramos ya que en cualquier lugar al que vayamos serán necesarias condiciones para convivir, para crecer y para alcanzar el éxito en el proceso en el que estemos.

Y observa a continuación:
  • La relación entre un líder y sus seguidores, 
  • La actitud y prioridades de un buen líder, 
  • Quién escoge a quién?, Aveces no se escoge, somos asignados uno al otro, nos hacen entrar en contacto, nuestras respectivas circunstancias y necesidades 
La clase de relación que se da entre un líder y sus seguidores está determinada tanto por la clase de líder como por la actitud del seguidor.

“Y tres de los treinta jefes descendieron y vinieron en tiempo de la siega a David en la cueva de Adulam; y el campamento de los filisteos estaba en el valle de Refaim. David entonces estaba en el lugar fuerte, y había en Belén una guarnición de los filisteos. Y David dijo con vehemencia: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta! Entonces los tres valientes irrumpieron por el campamento de los filisteos, y sacaron agua del pozo de Belén que estaba junto a la puerta; y tomaron, y la trajeron a David; mas él no la quiso beber, sino que la derramó para Jehová, diciendo: Lejos sea de mí, oh Jehová, que yo haga esto. ¿He de beber yo la sangre de los varones que fueron con peligro de su vida? Y no quiso beberla. Los tres valientes hicieron esto.”
(2 Samuel 23:13-17, A.T.)

Este es un pasaje donde se reflejan ambos rasgos:
David no era la clase de líder que abusaría ó que expondría a sus seguidores mientras que “sus valientes”, como los llama el Antiguo Testamento, tenían la actitud y la disposición de complacerle aún en sus más mínimos deseos.

Pero recordemos dónde comenzó todo:
“Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él. Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.”
(1 Samuel 22:1-2, A.T.)

Ahí dice quiénes siguieron a David, cuántos y qué clase de personas eran cuando se le unieron en LCDA: Afligidos, endeudados, amargados de espíritu.

Sinceramente, no parecen la clase de personas que un Técnico Nacional convocaría a la selección para integrar el equipo. A pesar de esto, con el paso del tiempo, las batallas y bajo el liderazgo de David se convirtieron en campeones, héroes populares y leyendas.

En el Segundo Libro de Samuel capítulo 23, versos 18 al 39 se menciona a los 37 soldados “más sobresalientes de David” y dice acerca de ellos cosas como:

“Y Abisai hermano de Joab, hijo de Sarvia, fue el principal de los treinta. Este alzó su lanza contra trescientos, a quienes mató, y ganó renombre con los tres. El era el más renombrado de los treinta, y llegó a ser su jefe; mas no igualó a los tres primeros.
Después, Benaía hijo de Joiada, hijo de un varón esforzado, grande en proezas, de Cabseel. Este mató a dos leones de Moab; y él mismo descendió y mató a un león en medio de un foso cuando estaba nevando. También mató él a un egipcio, hombre de gran estatura; y tenía el egipcio una lanza en su mano, pero descendió contra él con un palo, y arrebató al egipcio la lanza de la mano, y lo mató con su propia lanza. Esto hizo Benaía hijo de Joiada, y ganó renombre con los tres valientes. Fue renombrado entre los treinta, pero no igualó a los tres primeros. Y lo puso David como jefe de su guardia personal.”

Y enseguida hace una relación de mas de 30 de sus hombres:

"Asael hermano de Joab fue de los treinta;
Elhanán hijo de Dodo de Belén,
Sama harodita,
Elica harodita,
Heles paltita,
Ira hijo de Iques, tecoíta,
Abiezer anatotita,
Mebunai husatita,
Salmón ahohíta,
Maharai netofatita,
Heleb hijo de Baana, netofatita,
Itai hijo de Ribai, de Gabaa de los hijos de Benjamín,
Benaía piratonita,
Hidai del arroyo de Gaas, Abi-albón arbatita,
Azmavet barhumita,
Eliaba saalbonita,
Jonatán de los hijos de Jasén,
Sama ararita,
Ahíam hijo de Sarar, ararita,
Elifelet hijo de Ahasbai, hijo de Maaca,
Eliam hijo de Ahitofel, gilonita,
Hezrai carmelita,
Paarai arbita,
Igal hijo de Natán, de Soba,
Bani gadita,
Selec amonita,
Naharai beerotita, escudero de Joab hijo de Sarvia,
Ira itrita,
Gareb itrita,
Urías heteo;
treinta y siete por todos"
 
Veamos: ¿David los eligió?
No, cada uno vino al principio por causa de su necesidad, porque supieron y creyeron que había un lugar donde serían bienvenidos, donde podrían tener una oportunidad para sí mismos.
 
 
Si alguno de ellos fue elegido debió ser David. En Salmos capítulo 78 versos 70 al 72 dice:

“Eligió a David su siervo,Y lo tomó de las majadas de las ovejas; De tras las paridas lo trajo, para que apacentase a Jacob su pueblo,Y a Israel su heredad. Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, los pastoreó con la pericia de sus manos.

De dónde saca Dios a los lideres para su pueblo?
DE CUALQUIER PARTE!! …Y los capacita para realizar el trabajo.

David se ganó el corazón de esos hombres y bajo su mando se convirtieron en héroes campeones y leyendas dispuestos a obedecer sin cuestionar (ojo),  confiando en su líder y entendiendo como una orden  su más mínimo deseo y tomaban la iniciativa para satisfacerlo con mucha alegría aun con peligro de su vida. Servir y agradar a David era un privilegio y una aventura para los hombres a los que la Biblia llama “los valientes de David”

Por eso, cuando el Rey "suspiró por el agua del pozo a la entrada de Belén" estos 3 saltaron “por la bendición”, ante la expectativa de otra nueva aventura ... TODO, con tal de complacer a Su líder y rey.

En ese momento ya eran valientes, estaban llenos de gozo y no le debían nada a nadie.
Me pregunto: ¿Qué clase de seguidor soy yo?
¿A qué estoy dispuesto por mi Comandante?
¿Complacería sus "pequeños antojos"?

No te preocupes, un buen líder nunca se enseñoreará con su liderazgo sobre sus seguidores.

Alguien dijo:
"¿Quieres saber si eres un líder? Voltea para atrás y mira si alguien te sigue."

Este episodio de la vida de David fue narrado por él mismo en su lecho de muerte y se consigna en el Segundo Libro de Samuel, y no en el Primer Libro en orden cronológico y me gusta pensar que David mantuvo esta historia al margen de sus cronistas, quedando entre los tres valientes y él por la misma razón por la que derramó en la tierra el agua que le trajeron sus hombres: porque en el tiempo en que esto ocurrió no quiso presumir ni verse soberbio ante la tremenda influencia que tenía sobre sus valientes o la sujeción de éstos.

Me gusta pensar que el Rey David aun recordaba esta aventura y se las platicó a su familia precisamente durante sus últimos momentos de su vida pero también muy probablemente porque es al final de nuestra vida que nuestros hechos pueden ser pesados con mejor perspectiva al igual que nuestro carácter. Nadie, en esos momento iba a pensar que lo contaba por simple vanidad. David se deleitaba enormemente por la entrega y disposición de sus valientes.

Pero Adulam, la cueva, era y debe ser un lugar fuerte, un refugio temporal, no excesivamente confortable del que se espera un día nos vayamos preparados para ser parte de Algo Muy Grande.

Al principio vamos entrar a "una cueva" con aflicciones, con angustia, deprimidos ,  atemorizados, rechazados, llenos de ataduras y lastres religiosos y culturales pero no vamos a estar solos, para luego salir de regreso a Judá...que significa "alabanza",  "celebrar", "agradecer"... Acompañados y siguiendo a un liderazgo provisto por Dios... un liderazgo comprometido y obediente a Dios.

Ahora quiero traer la analogía de David a la persona de su descendiente Jesús, El Pastor: Dios nos quiere libres. A eso vino Jesus, a traer libertad a los cautivos.

En el Nuevo Testamento, en el evangelio de Lucas, capítulo 4 verso 18 dice el Señor Jesucristo:

“El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos”

Citando al Profeta Isaías del Libro que lleva su nombre, capítulo 61, versículo 1, escrito más de 600 años antes:

Después de Isaías, en el mismo Antiguo Testamento, el Profeta Ezequiel, capítulo 34 versos 22 y 23, hablando también de David pero en tiempo futuro afirma:

“Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja.
Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará y él les será por pastor.”

En estos pasajes, los autores bíblicos utilizan el ejemplo de David como líder y pastor para señalar hacia la persona misma de Jesucristo, hacia el carácter del líder perfecto.

Te quiero preguntar:
¿No crees que en los momentos más difíciles y confusos de tu vida te gustaría saber que hay un refugio dónde encontrar a otros con quienes te identifiques, dónde conocer un líder que va adelante, y que te entienda porque al igual que tú ha pasado por el mismo proceso?
¿Y no te gustaría que ese momento, junto a muchas otras personas tuvieras la oportunidad de adquirir una perspectiva nueva, de dejar atrás el pasado y de visualizar un futuro y un propósito… Y porqué no, llegar a ser especial, famoso, una leyenda?

En La Cueva de Adulam vamos aprender que no sólo llegamos para sanar y ser restaurados sino para mucho más, para aprender a impactar positivamente a las personas en nuestro derredor, a otros perseguidos, endeudados y amargados, gente con necesidad de un cambio.