martes, 30 de junio de 2015

Más allá de "La Madre de Todos los Vicios"


¿Conoces el dicho: “La ociosidad es la madre de todos los vicios”?
Tal vez esta afirmación se relaciona con el pasaje bíblico que nos revela los orígenes del pecado de Sodoma en el Libro del profeta Ezequiel capítulo 16, versículo 49:
“He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso”
Las adicciones, como los gustos se rompen en géneros y tal vez la madre de todas ellas sea la permanente inclinación del ser humano a la ingratitud e indiferencia. Esta se desarrolla en el corazón de los niños cuando crecen sin afecto, con poca o nula supervisión, con mucha complacencia, sin que nadie les enseñe y les demuestre con el ejemplo lo que significan la gratitud y la compasión y cualquier otro valor. El efecto de estas carencias en la formación del carácter de los niños siempre tiene consecuencias, a pesar de que les sea dado todo lo material. Mayormente si en lugar de ello, crecen en soledad ó rodeados de malos ejemplos, ó padeciendo maltrato y abusos.

En cada generación hay padres que se se preguntan y exclaman: "¿Qué hice mal? ... ¡Les dí todo!"
De igual manera, existe la falsa creencia de que solamente condiciones de pobreza son el campo de cultivo de las conductas antisociales; nada más lejos de la verdad.
Hoy que en el Mundo Occidental está de moda la aceptación incondicional de las minorías que beneficiadas por las libertades de la democracia moderna se están volviendo intolerantes, deberíamos preguntarnos si no estaremos cosechando a través de la perspectiva de nuestros representantes y legisladores, el fruto de la crianza de las últimas generaciones de seres humanos que se hicieron adultos en medio de "la saciedad de pan y la abundancia de ociosidad" y que se han convertido en seres carentes de gratitud e indiferentes y hasta aborrecedores de los valores que les otorgaron la posibilidad de alcanzar posiciones de liderazgo desde las cuales ahora se dedican a perseguir los principios de libertad y respeto que hicieron posible su existencia jurídica.
Dáme un niño(a) lastimado(a), abusado(a), maltratado y te daré un adulto con problemas de autoestima, con tendencias autodestructivas, amargado(a), con problemas de identidad, espiritualmente muerto, con hambre de reivindicación, ingrato ó indiferente al dolor ajeno.
Algunas ó muchas de estas condiciones de carácter describen a personas que presentan conductas abiertamente antisociales sin importar su extracto socioeconómico ni su nivel académico porque las hay educadas, consideradas exitosas y respetables.
Es la clase de personas que  tienen conflictos con las figuras de autoridad tradicionales como los padres, los maestros, el gobierno, el clero, los pastores, la policía, etc. Son personas decepcionadas del estilo de vida tradicional, que a falta de valores y de mejores alternativas y a falta, sobre todo,  del caracter para asumir por ellos mismos su propia necesidad y la manera de resolverla, la palean con lo que les quede más a mano: dinero, éxito, confort, sexo, esparcimiento, causas de reivindicación  y todas las formas de abuso de los mismos.

Desafortunadamente, estos rasgos de caracter describen a muchos de nosotros, personas que necesitamos Aprender, Perdonar y Emprender:

Aprender en el presente, valores nuevos que posiblemente desafían la perspectiva "natural" con la cual crecimos y aparentemente contrarios a nuestra experiencia. Valores que si nos damos la oportunidad, van a rendir un fruto agradable y permanente. No podemos cambiar el pasado pero tal vez podemos aprovechar el presente para corregirlo.
Perdonar podría ser la clave para iniciar HOY, transformaciones y cambios sustanciales en nuestra perspectiva y en nuestro propósito para el futuro.
Emprender es la acción del Emprendedor preparado para  caminar, acelerar y volar. Es el proceso que se detona al romper barreras y limitaciones personales. Es lo que hace el que está dispuesto a romper esquemas, a pagar el precio de reconocer su necesidad, a corregir sus errores, a restaurar relaciones, a hacercosas novedosas para obtener resultados novedosos. Es lo que hace el que no sólo busca el  bien propio sino también el bien de los demás.






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